Los cuentos folclóricos
son un tipo de narración que pertenece a la tradición oral, y normalmente se
comunica a través de un narrador.
Como afirma Irune Labajo las características del folclore son:
- El anonimato: ya que el texto tiene tantos autores como personas lo han narrado a lo largo de los siglos hasta que una persona lo dejó por escrito.
- La oralidad: ya que los cuentos folclóricos se transmiten de forma oral de generación en generación.
- Multiplicidad de variantes: debido a como hemos dicho antes a la transmisión oral y a la adaptación de los cuentos según las culturas.
Los personajes de
estos cuentos no están creados con el fin de que los niños se identifiquen en él, si no que aspiren a ser como ellos cuando sean mayores, ya que los protagonistas
de estos cuentos suelen ser adolescentes.
Estos cuentos son
anónimos y su versión no es fija, ya que se cambia incluso a la hora de
narrarlo como he dicho anteriormente.
Antiguamente, estos
cuentos no estaban dirigidos para niños y niñas, si no que es una literatura de ``grupo´´o de ``familia´´.
Considero de vital
importancia el uso de estos cuentos en el aula para así no perder la tradición,
ya que cada vez se están perdiendo más estos cuentos.Como futura
maestra, conociendo cada una de las características de nuestros alumnos, nos
será más fácil adaptar el cuento y el vocabulario, ya que como he dicho antes
no hay una versión fija de estos cuentos. La principal función de estas manifestaciones literarias es la lúdica, ya que su objetivo principal es el entretenimiento a la gente del pueblo; aunque, muchos de estos textos poseían una función didáctica sobre el medio físico y social, y en ocasiones moralizante.
A continuación, analizaré
el cuento de Rapunzel. Considero que esta versión que he elegido está dirigida
para niños de 6 años ya que usa un vocabulario poco común para los niños, pero
como ya he dicho, podremos adaptar esta versión al vocabulario de los niños
para su mayor comprensión. Además, en esta etapa evolutiva los niños ya
entienden los enunciados largos, se divierten con el lenguaje, interactúa con
otras personas… es por ello también que el cuento que he seleccionado no es
demasiado largo para que puedan mantener su atención en el.
RAPUNZEL
Había una vez un hombre y una mujer que vivían solos y
desconsolados por no tener hijos, hasta que, por fin, la mujer concibió la
esperanza de que Dios Nuestro Señor se disponía a satisfacer su anhelo. La casa
en que vivían tenía en la pared trasera una ventanita que daba a un magnífico
jardín, en el que crecían espléndidas flores y plantas; pero estaba rodeado de
un alto muro y nadie osaba entrar en él, ya que pertenecía a una bruja muy
poderosa y temida de todo el mundo. Un día asomóse la mujer a aquella ventana a
contemplar el jardín, y vio un bancal plantado de hermosísimas verdezuelas, tan
frescas y verdes, que despertaron en ella un violento antojo de comerlas. El
antojo fue en aumento cada día que pasaba, y como la mujer lo creía
irrealizable, iba perdiendo la color y desmirriándose, a ojos vistas. Viéndola
tan desmejorada, le preguntó asustado su marido: "¿Qué te ocurre,
mujer?" - "¡Ay!" exclamó ella, "me moriré si no puedo comer
las verdezuelas del jardín que hay detrás de nuestra casa." El hombre, que
quería mucho a su esposa, pensó: "Antes que dejarla morir conseguiré las
verdezuelas, cueste lo que cueste." Y, al anochecer, saltó el muro del
jardín de la bruja, arrancó precipitadamente un puñado de verdezuelas y las
llevó a su mujer. Ésta se preparó enseguida una ensalada y se la comió muy a
gusto; y tanto le y tanto le gustaron, que, al día siguiente, su afán era tres
veces más intenso. Si quería gozar de paz, el marido debía saltar nuevamente al
jardín. Y así lo hizo, al anochecer. Pero apenas había puesto los pies en el
suelo, tuvo un terrible sobresalto, pues vio surgir ante sí la bruja.
"¿Cómo te atreves," díjole ésta con mirada iracunda, "a entrar
cual un ladrón en mi jardín y robarme las verdezuelas? Lo pagarás muy
caro." - "¡Ay!" respondió el hombre, "tened compasión de
mí. Si lo he hecho, ha sido por una gran necesidad: mi esposa vio desde la
ventana vuestras verdezuelas y sintió un antojo tan grande de comerlas, que si
no las tuviera se moriría." La hechicera se dejó ablandar y le dijo:
"Si es como dices, te dejaré coger cuantas verdezuelas quieras, con una
sola condición: tienes que darme el hijo que os nazca. Estará bien y lo cuidaré
como una madre." Tan apurado estaba el hombre, que se avino a todo y,
cuando nació el hijo, que era una niña, presentóse la bruja y, después de
ponerle el nombre de Verdezuela; se la llevó.
Verdezuela era la
niña más hermosa que viera el sol. Cuando cumplió los doce años, la hechicera
la encerró en una torre que se alzaba en medio de un bosque y no tenía puertas
ni escaleras; únicamente en lo alto había una diminuta ventana. Cuando la bruja
quería entrar, colocábase al pie y gritaba:
"¡Verdezuela,
Verdezuela,
Suéltame tu cabellera!"
Verdezuela tenía un
cabello magnífico y larguísimo, fino como hebras de oro. Cuando oía la voz de
la hechicera se soltaba las trenzas, las envolvía en torno a un gancho de la
ventana y las dejaba colgantes: y como tenían veinte varas de longitud, la
bruja trepaba por ellas.
Al cabo de algunos años, sucedió que el hijo del Rey, encontrándose en el
bosque, acertó a pasar junto a la torre y oyó un canto tan melodioso, que hubo
de detenerse a escucharlo. Era Verdezuela, que entretenía su soledad lanzando
al aire su dulcísima voz. El príncipe quiso subir hasta ella y buscó la puerta
de la torre, pero, no encontrando ninguna, se volvió a palacio. No obstante,
aquel canto lo había arrobado de tal modo, que todos los días iba al bosque a
escucharlo. Hallándose una vez oculto detrás de un árbol, vio que se acercaba
la hechicera, y la oyó que gritaba, dirigiéndose a o alto:
"¡Verdezuela,
Verdezuela,
Suéltame tu cabellera!"
Verdezuela soltó
sus trenzas, y la bruja se encaramó a lo alto de la torre. "Si ésta es la
escalera para subir hasta allí," se dijo el príncipe, "también yo
probaré fortuna." Y al día siguiente, cuando ya comenzaba a oscurecer,
encaminóse al pie de la torre y dijo:
"¡Verdezuela,
Verdezuela,
Suéltame tu cabellera!"
Enseguida descendió la trenza, y el príncipe subió.
En el primer momento, Verdezuela se asustó Verdezuela se asustó mucho al ver un
hombre, pues jamás sus ojos habían visto ninguno. Pero el príncipe le dirigió
la palabra con gran afabilidad y le explicó que su canto había impresionado de
tal manera su corazón, que ya no había gozado de un momento de paz hasta hallar
la manera de subir a verla. Al escucharlo perdió Verdezuela el miedo, y cuando
él le preguntó si lo quería por esposo, viendo la muchacha que era joven y
apuesto, pensó, "Me querrá más que la vieja," y le respondió,
poniendo la mano en la suya: "Sí; mucho deseo irme contigo; pero no sé
cómo bajar de aquí. Cada vez que vengas, tráete una madeja de seda; con ellas
trenzaré una escalera y, cuando esté terminada, bajaré y tú me llevarás en tu
caballo." Convinieron en que hasta entonces el príncipe acudiría todas las
noches, ya que de día iba la vieja. La hechicera nada sospechaba, hasta que un
día Verdezuela le preguntó: "Decidme, tía Gothel, ¿cómo es que me cuesta
mucho más subiros a vos que al príncipe, que está arriba en un santiamén?"
- "¡Ah, malvada!" exclamó la bruja, "¿qué es lo que oigo? Pensé
que te había aislado de todo el mundo, y, sin embargo, me has engañado."
Y, furiosa, cogió las hermosas trenzas de Verdezuela, les dio unas vueltas
alrededor de su mano izquierda y, empujando unas tijeras con la derecha, zis,
zas, en un abrir y cerrar de ojos cerrar de ojos se las cortó, y tiró al
suelo la espléndida cabellera. Y fue tan despiadada, que condujo a la pobre
Verdezuela a un lugar desierto, condenándola a una vida de desolación y
miseria.
El mismo día en que se había llevado a la muchacha, la bruja ató las trenzas
cortadas al gancho de la ventana, y cuando se presentó el príncipe y dijo:
"¡Verdezuela,
Verdezuela,
Suéltame tu cabellera!"
la bruja las soltó,
y por ellas subió el hijo del Rey. Pero en vez de encontrar a su adorada
Verdezuela hallóse cara a cara con la hechicera, que lo miraba con ojos
malignos y perversos: "¡Ajá!" exclamó en tono de burla, "querías
llevarte a la niña bonita; pero el pajarillo ya no está en el nido ni volverá a
cantar. El gato lo ha cazado, y también a ti te sacará los ojos. Verdezuela
está perdida para ti; jamás volverás a verla." El príncipe, fuera de sí de
dolor y desesperación, se arrojó desde lo alto de la torre. Salvó la vida, pero
los espinos sobre los que fue a caer se le clavaron en los ojos, y el infeliz
hubo de vagar errante por el bosque, ciego, alimentándose de raíces y bayas y
llorando sin cesar la pérdida de su amada mujercita. Y así anduvo sin rumbo por
espacio de varios años, mísero y triste, hasta que, al fin, llegó al desierto
en que vivía Verdezuela con los dos hijitos los dos hijitos gemelos, un niño y
una niña, a los que había dado a luz. Oyó el príncipe una voz que le pareció
conocida y, al acercarse, reconociólo Verdezuela y se le echó al cuello
llorando. Dos de sus lágrimas le humedecieron los ojos, y en el mismo momento
se le aclararon, volviendo a ver como antes. Llevóla a su reino, donde fue
recibido con gran alegría, y vivieron muchos años contentos y felices.
En cuanto a los
aspectos morfológicos, el la historia que cuenta el viaje de nuestra protagonista, me ha permitido darme cuenta que ese talento que hace tan especial a Rapunzel en realidad sugiere una gran limitación para ella y por ello la impide crecer personalmente. Además, Gothel atribuía el talento de Rapunzel como una posesión y ante este temor impide el desarrollo de ella pese a las ganas y el deseo de poder salir al exterior y explorar que hay más allá de la torre donde había estado encerrada tanto tiempo.
Por otro lado, en
cuanto a los aspectos simbólicos del cuento, podemos ver arquetipos
representados por los personajes del cuento.
En primer lugar, define a la Verdezuela
como una bella y buena persona y al príncipe como una persona fuerte, ya que es
capaz de subir hasta lo más alto de la torre donde esta la princesa y valiente,
ya que se enfrenta a la bruja con el fin de acabar en final feliz junto a la
princesa encerrada.
Esta historia, de
una manera u otra es muy común, me refiero al hecho de que sea el príncipe quien
salva a la princesa y acaben siendo felices.
Hablando de los
personajes, no podemos olvidar a la bruja, ya que son es uno de los personajes
principales de la historia. Como todos sabemos, no hace falta que nos definan
como es el aspecto físico de una bruja ya que todos lo asociamos a una señora
mayor con rasgos poco agraciados.
Algunos de los motivos
de este cuento en concreto es la fuga ya que la princesa quiere huir en todo
momento de la torre donde la tiene encerrada la bruja y la búsqueda del amor ya
que el amor no es solo físico sino un amor verdadero, ya que está enamorado de
ella con solo escucharla.
La estructura
presenta tres momentos: el planteamiento cuando cuenta como llega la princesa a
estar en manos de la bruja, el nudo cuando el príncipe intenta rescatarla y el
desenlace, como en la mayoría de los casos suele ser feliz cuando los dos se
reencuentran y son felices por mucho tiempo juntos.
Es importante que,
para el uso tanto de estos cuentos como de otros en el aula, será importante
que sigamos un orden lineal para que el niño pueda situarse en todo momento en
la historia.
Como podemos
observar, usa formulas de entrada y salida como ``había una vez…´´, con el fin de
situarnos en el momento de la historia.
Para el uso de este
cuento en el aula modificaría algunas de las palabras con el fin de que los
niños tengan una mejor comprensión del mismo.
Una vez finalice de
narrar el cuento a los alumnos, lanzaría preguntas a modo de cuentofórum con el objetivo de crear un diálogo y entre todos sacar conclusiones en el que se compartan las experiencias y disfrutar del cuento, pues este es su objetivo primordial.
Por ejemplo,
algunas de las preguntas que realizaría son:
1. ¿Os ha gustado el cuento?
2. ¿Qué es lo que más?¿Y lo que menos?
3. ¿Os gustaría estar encerrados en una torre y no poder salir nunca?
4. Si estuvierais encerrados en una torre, ¿qué haríais?
5. ¿Qué harías si alguien de tu familia estuviera encerrado?
6. ¿Os parece bien cómo castiga la bruja al príncipe?
7. ¿Queréis tanto a alguien como para enfrentaros a la bruja y poder sacarle de la torre?
8. ¿Por qué pensais que la bruja encerró a Rapunzel?
8. ¿Os gusta ver a vuestra familia feliz?
Finalmente,
considero que gracias al análisis de esté texto me he dado cuenta de la
importancia que tienen los cuentos folclóricos y que gracias a poder
modificarlos mientras los narramos, podemos dirigirlo a cualquier publico. Además,
he comprendido que no tenemos que dejar que estos cuentos desaparezcan.
http://lauramunozfalceto.blogspot.com/2013/11/articulo-2-textos-folcloricos-seleccion.html
http://redescubriendolaliteratura.blogspot.com/2018/04/analisis-de-textos-folcloricos.html
https://atenciontemprana-atai.es/novedad/etapas-en-la-adquisicion-del-lenguaje/23
https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/verdezuela_rapunzel
